He evitado el orden cronológico hasta ahora, por dos razones. El primero, muchos eventos ya escapan a mi memoria y eso destruye cualquier orden. Y el segundo, algunos hechos quedan más coherentes junto a otros.
Pero para dar una idea de lo que era la vida en el hospital, hagamos un resumen a grosso modo y por encima. Después del desayuno de la mañana, venía la ya mencionada ronda de los médicos. A la tarde, quizás venía algún especialista, dependiendo de cada paciente y su problema. Podia venir un kinesiologo, un traumatologo, etc. Luego, tiempo muerto hasta el almuerzo. Rara vez venía alguien de visita a esa hora, que era lo único que podía hacer llevadero el tedio. Luego de la comida del mediodia, más tiempo muerto, solo matizado con las enfermeras trayendo algún remedio o pastillas para el dolor. Estos tiempos muertos eran los que usabamos para nuestras escapadas. Algunas enfermeras ya nos dejaban las pastillas arriba de la mesita de la cama, sabiendo que las tomariamos al volver. Cuando nos aburriamos de tanto vagabundear por el mismo lugar. Si no venía una visita era un aburrimiento asegurado hasta la caida del sol. Y esa hora, era la peor. El sol poniendose tenía un efecto directo en el comportamiento de los pacientes. Siempre me sentía más decaido cuando el sol se ocultaba y no era el único. Comentandolo con Leandro, descubrí que a él le pasaba lo mismo. Finalmente, la cena y luego de un rato a dormir.
Esa rutina podía minar progresivamente el animo más optimista. Las visitas eran lo único que te rescataba de ello. Mi familia era normal que me visitara, luego Guillermo, Mariano, Tamara, Mina o alguno de los compañeros de Gakkai, fueron ayuda crucial en esos momentos. Gracias a todo esto, pude pasar los tiempos muertos y combatir la depresión que siempre se mantenía en el umbral.
Mi caso era simple, ya me habían operado y estaban esperando que el drenaje hiciera su trabajo, para que mi pulmón se levantara. Lo que tenía que hacer era descansar y llenar el tiempo para eso. Leía cuando podía, aunque cuando el animo decaía se me volvía dificultoso. Miraba televisión, aunque sobre todo a la noche, era solo un paliativo leve. Si recuerdo una de las primeras noches, que estabamos bastante doloridos Leandro y yo, enganchamos una pelicula de delirante para arriba. "Hey dude, where is mi car?" con el de efecto mariposa y uno de los de American Pie. Quien la haya visto, sabrá que es muy cómica. Pero lo fue más cuando nosotros nos reiamos e intercalabamos algún quejido. Parecia un concierto de carcajadas y quejas de dolor. Jajajajajaj, auch, jahahahaha. Algo asi. Tambien traté de ponerme a escribir, pero nada me inspiraba en ese lugar. Algunas notas sobre hechos que aquí relato fueron escritas en ese momento, con la intención de no olvidarlas. Pero también, existen algunos apuntes breves, en su mayoría, que escribí estando internado. Debido a que no tienen fecha, no podría jurar que son de la primera o segunda internación, pero para el caso, es lo mismo. Escribía cosas como por ejemplo:
"Mundo de monstruos, demonios, oscuridad y fases. El dolor está en uno y otro. La lucha es feroz en cada uno. Duele allí, tanto como acá".
Pese a que parece escrito en el dia de la pesadilla que relaté en el capitulo anterior, existe otra pesadilla posterior que creo es a la que pertenece este corto fragmento. ¿Que quise decir con fases? Hoy no lo se. Los demonios pululaban en mis pesadillas, asi que la referencia es obvia, igual que todo los demás.
Existen dos relatos o intentos de ensayos, bien breves de esta época. "La flor en el infierno" y "El camino". El primero, es un intento de relato del guerrero Ichinén. Que pertenece al blog "La leyenda de Ichinén", aun inedito este fragmento.
La flor en el infierno:
"La tierra infectada se extendía todo alrededor. La peste cubría la misma tierra, pútrida y gris. Era la muerte en vida lo que agrietaba y ennegrecía al terreno. La desesperanza intentaba invadir el corazón del guerrero, la desolación que lo rodeaba era inmensurable. Le habían hablado de la tierra enferma, la tierra de los muertos vivientes, la peste que asolaba esa región; pero lo que tenía ante los ojos superaba toda descripción o imaginación. El suelo mismo estaba enfermo, los cementerios se extendían como si fueran edificios. Cuando lo único que albergaban eran muertops. Los arboles habían sido talados por los muertos. El verde había desaparecido del suelo, solo quedaba el gris y agrietado terreno de la infestación."
Este fragmento, que parecería ser un intento de relato del guerrero Ichinén. En realidad no es otra cosa que una descripción del juego que ya mencioné, el que jugaba por aquel entonces y lo hago a veces aun hoy. Es curioso, como para hacerlo notar, mi elección de recortar esta porción de esa historia del juego. La repeticiones de palabras y términos, que dejé sin corregir adrede, muestran mi estado anímico al igual que la elección del tema. Esta descripción somera es una clara referencia a mi estado de ese entonces. Sigamos con el otro relato:
El camino:
"Es lo que cruza mi mundo. Lo que atraviesa mi universo. El mismo que año tras (año?, falta en el original) se lleva más y más gente de mi pueblo. Tanto por que se van, tanto como si mueren. Me da curiosidad y miedo a la vez. Por lo que hay más allá, por lo que desea (tachado en el original: intenta) tentarme. El camino que lleva a ninguna parte, no conozco su final, por lo que es igual si no existiera nada más."
La referencias son más que obvias, ni merecen mención aparte. El texto hiede a depresión. Supongo que habrá sido escrito en mis peores momentos de bajón. Si existen otros escritos, que estoy seguro de haber escrito, se han perdido desde ese año. Solo me queda mencionar un punto importante, que cada vez gana predominancia en este relato, como se verá más adelante. "Lo que hay más allá", otro mundo, el otro mundo, lo que sea. ¿Estamos seguros que el mundo es aquello que tenemos ante los ojos? ¿o esto es solo una ilusión? Este razonamiento un tanto solipsista, no es raro en alguien que atraviesa una situación como la mía. Pero, aunque se dibujen en forma de sueños, pesadillas, coincidencias y hechos inconcebibles aunque reales; solo nos dejan entrever un atisbo. Y quizás, solo quizás, existe algo más allá. En esta misma realidad, o en una paralela. O quizás después de esta. No, no me refiero a la muerte y la vida posterior. El tiempo, cada vez se cree más en ello, no es lineal. ¿Que tal si el espacio, también es solo una mera convención humana?
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