Niñó, así es el nombre en original japonés que se le da a al examen básico. Un desafío para el espíritu, luchando junto a los compañeros, al dar el examen básico para el ingreso al departamento de estudio. Fue una de las pocas cosas buenas de esa época, lo que me hacia mantener optimista ante tanta oscuridad creciente. Estudiar con gaby y con Néstor fue algo vigorizante. Gabriela es de esas personas como Romina (Mina) que te refresca con su presencia, su energía te levanta. Néstor, Gabriela y yo, lo certifiqué el día anterior al examen, éramos un gran equipo. Los tres nos habíamos ayudado, alentado y apoyado hasta el final. Yo lo consideraría uno de los mejores ejemplos de la camaradería Gakkai. EL 31 de octubre hubo nueve personas de Villa Crespo que rindieron el examen, 8 daríamos bien. Creo que lo único que salió bien ese año nefasto de 2004, fue aprobar el Niñó.
Pero como dije, la oscuridad estaba creciendo. Aunque yo no lo sabia, lo peor aun faltaba por venir. Fue aquí donde comenzaron los sueños.
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