Llegados hasta aquí, solo resta mencionar unos pocos hechos más. El tan mencionado drenaje me lo sacaron unos dias después. El pulmón estaba mejor, ya sin aire en el tórax. Pero... el mismo dia que me lo sacaron, el pulmón volvió a colapsar. Estaba caminando por el pasillo del quinto piso, cuando en un acceso de tos senti como también se me inflaba la venda que tapaba el agujero de la axila. Era una venda dura y grande que abarcaba todo un cuadrado debajo del brazo, aun así se infló y expulsó aire como un parche defectuoso. Los médicos me tuvieron un par de días más en observación debido a esto.
La santa guerra fría, como más se me ocurre llamarla, tuvo un nuevo punto álgido. La confrontación entre cristianismo y budismo en mi vida y familia encontraba una nueva excusa para tener un episodio de leve calentamiento. Norma, una compañera de Gakkai me vino a visitar al hospital y me mostró el diario donde daban los resultados del examen "Niñó". Lo había aprobado. En ese momento, pensé, que por lo menos una cosa salía bien. Mi madre muy de acuerdo no estuvo y no vio la importancia que eso tenía para mi. Consideraba que la facultad era mucho más importante. En ese entonces solo cursaba economía y no tenía una nota como para dormir tranquilo. Estudiar en el hospital se me hizo imposible, por más que me ponía a leer, no entendía nada. Poco después, pedí que me trajeran de casa otro tipo de lectura. Los libros de budismo como "la revolución humana, segundo volumen" también fueron abandonados donde los dejé al entrar en internación. No podía, simplemente no podía poner la mente en eso. Solo aceptaba lectura distractiva, lo más banal posible. Recuerdo que también había empezado el "fundamentos del budismo", abandonado poco después. Este libro, demasiado teórico para hacerme sentir mejor, no era la lectura adecuada para mi estado actual. De hecho, aquí comienza infimamente algo que se acrecentaría luego de la segunda internación. "Reducirse a lo básico". La religión, el trabajo, todo; pasaba a un segundo plano cuando tu prioridad es continuar respirando. Todo se ve diferente cuando estás más preocupado por llegar vivo al día siguiente, que por discusiones triviales, teorías retóricas o eventos intrascendentes. Lo que menos toleraba en ese entonces era la religión. Agradecía más a los compañeros de Gakkai que venían a visitarme y hablabamos de cualquier cosa antes que de budismo. A los cristianos que pasaban por las habitaciones los cortaba en seco, directamente aclarando que no era cristiano. Lo que menos útil me podía resultar en ese momento era esa creencia lastimera, que solo me acercaría a la depresión, mendigando ante un Dios una ayuda que no obtendría. Igualmente, el tiempo me diría que el camino verdadero era el del medio. Ni mucho ni poco, intermedio. La ley de causa y efecto, demostraba ser inexorablemente real. Porque fumaba desde hacía diez años, ahora tenía un problema pulmonar, eso creía entonces. Causa y efecto, todo parecía una consecuencia de mi determinación autodesctructiva de la adolescencia. Finalmente, me enfrentaba a las consecuencias de malas decisiones.
En el ambito del blog, había empezado la compilación de la historia de Siddartha, previamente a quedar internado. Más exactamente el dos de noviembre, dia de todos los santos, curiosamente. Gonzalo me prestó el libro de Khyra Palén, junto con el mio de Siddartha de Hesse y la nueva revolución humana de sensei; comencé a compilar una larga novela sobre la vida del buda histórico. No sirve de nada aclarar que esto se truncó y que luego me costó retomarlo. No pude seguirlo hasta el 23 de enero del año siguiente con el capitulo cinco. Fecha que también tiene un dato curioso, dos años antes exactamente, comenzaba mi periodo depresivo al que llamé "infierno". Lo más interesante de todo es que debido a mi enfermedad, esa etapa de hacía dos años quedaba caduca y solo como curiosidad, perdía importancia ante todo lo ocurrido en este momento que relato. No importa lo mucho que doliera aquel entonces, hoy se veía muy lejano y lo actual era mil veces peor. Desde junio de ese 2004, había empezado los cuentos del guerrero Ichinén, algo que tomé como una especie de avatar. Hasta la internación habia escrito once relatos, pero luego del trance este, tardé seis años en poder volver a publicar en ese blog. En mayo, había empezado a escribir "El Antibuda", aunque como el caso anterior, seguramente tenía borradores previos y de hacía mucho, recién por esas fechas los publicaba en blogs. Hasta el 6 de noviembre había publicado 22 capitulos, luego no lo retomaría hasta enero del año siguiente. Es identico el caso con el blog de los chistes religiosos, "AOP". Que se inspiraba en mi saga homónima, desde julio hasta noviembre y no la retomé hasta enero. También igual es el caso del blog de mi personaje "Lazaro, que continué tiempo después y ahora abandoné pero por razones argumentales no personales.
En el blog principal, posteé lo siguiente el dia 24 de noviembre de 2004 luego del primer alta, titulado "Y por el camino lo vi a Sueyro":
"No siento ganas de hablar sobre lo que paso, no es que me haga mal o algo, simplemente no tengo ganas de relatar una historia larguisima que me agotaria y que quizas hasta a mi me aburra. La cuestion es simple, estuve jodido de salud, si no me operaban podia morir, estuve internado y zafé como el mejor. Pero aunque tenga unas cuantas anecdotas del periodo de internacion, no es tan gracioso lo que paso. Me lo tomo con humor ahora, pero no es cosa de risa. Fijate que hace poco cité una frase de Rousseau que decia que vivir no es respirar, sino obrar. Pero si por poco, yo dejo de hacer las dos primeras, ni hablemos de obrar. Pensar que mi unico plan era lo que haría al día siguiente, cosas del laburo, anotarme en un final, ese tipo de cosas era mi prioridad. Pero en cuestion de minutos, me vi ante la prioridad de continuar respirando. Y eso que solo me dolía un poquito el pecho y la espalda. Bueh, tuve un neumotorax muy extraño y peculiar, muy Ichinen, muy de mi persona. Ahora, hacen chistes sobre que soy Ichinen el blanco (más que blanco, blanco Gandalf), que resucite y no sé cuantas boludeces más. Pero te digo en serio, ya hasta a mi me da hastio hacer chistes con esta experiencia. Pero, aunque algunos lo vean como que me ocurrio una desgracia,(tienen un dope esos!!) yo lo veo como que tuve el gran beneficio de llegar en el momento justo antes de tener una desgracia en serio. La desgracia en serio hubiera sido que tuviera que ponerme el piyama de madera. Ayer fui al hospítal y me vieron el pulmon, esta totalmente expandido. En un mes, te cuento sobre el siguiente control, que es el definitivo."
Me gustaría hacer notar algo sobre este extracto. No tenía ganas de hablar de ello, pero terminé explicandolo sucintamente. La mención a los chistes irrelevantes. Y lo más importante, el final, que en un mes sabría una respuesta definitiva. Como se verá más adelante, esto no había terminado.
Dos post más, totalmente irrelevantes para con este relato y luego el que escribí estando internado. Pero ese, será agregado cuando llegué a esa parte. Mientras tanto, sigamos con lo ocurrido.
Esto se dedica exclusivamente al primer relato autobiográfico que hago en mi vida. Lo acontecido el año 2004, algo que incluye muchas más cosas que el neumotorax. El que crea que esto va a ser algo deprimente se equivoca, este relato tiene de todo, es como la vida. En el existe el humor, el drama, etc.
Wednesday, March 30, 2011
Friday, March 18, 2011
19-Escribiendo la historia.
He evitado el orden cronológico hasta ahora, por dos razones. El primero, muchos eventos ya escapan a mi memoria y eso destruye cualquier orden. Y el segundo, algunos hechos quedan más coherentes junto a otros.
Pero para dar una idea de lo que era la vida en el hospital, hagamos un resumen a grosso modo y por encima. Después del desayuno de la mañana, venía la ya mencionada ronda de los médicos. A la tarde, quizás venía algún especialista, dependiendo de cada paciente y su problema. Podia venir un kinesiologo, un traumatologo, etc. Luego, tiempo muerto hasta el almuerzo. Rara vez venía alguien de visita a esa hora, que era lo único que podía hacer llevadero el tedio. Luego de la comida del mediodia, más tiempo muerto, solo matizado con las enfermeras trayendo algún remedio o pastillas para el dolor. Estos tiempos muertos eran los que usabamos para nuestras escapadas. Algunas enfermeras ya nos dejaban las pastillas arriba de la mesita de la cama, sabiendo que las tomariamos al volver. Cuando nos aburriamos de tanto vagabundear por el mismo lugar. Si no venía una visita era un aburrimiento asegurado hasta la caida del sol. Y esa hora, era la peor. El sol poniendose tenía un efecto directo en el comportamiento de los pacientes. Siempre me sentía más decaido cuando el sol se ocultaba y no era el único. Comentandolo con Leandro, descubrí que a él le pasaba lo mismo. Finalmente, la cena y luego de un rato a dormir.
Esa rutina podía minar progresivamente el animo más optimista. Las visitas eran lo único que te rescataba de ello. Mi familia era normal que me visitara, luego Guillermo, Mariano, Tamara, Mina o alguno de los compañeros de Gakkai, fueron ayuda crucial en esos momentos. Gracias a todo esto, pude pasar los tiempos muertos y combatir la depresión que siempre se mantenía en el umbral.
Mi caso era simple, ya me habían operado y estaban esperando que el drenaje hiciera su trabajo, para que mi pulmón se levantara. Lo que tenía que hacer era descansar y llenar el tiempo para eso. Leía cuando podía, aunque cuando el animo decaía se me volvía dificultoso. Miraba televisión, aunque sobre todo a la noche, era solo un paliativo leve. Si recuerdo una de las primeras noches, que estabamos bastante doloridos Leandro y yo, enganchamos una pelicula de delirante para arriba. "Hey dude, where is mi car?" con el de efecto mariposa y uno de los de American Pie. Quien la haya visto, sabrá que es muy cómica. Pero lo fue más cuando nosotros nos reiamos e intercalabamos algún quejido. Parecia un concierto de carcajadas y quejas de dolor. Jajajajajaj, auch, jahahahaha. Algo asi. Tambien traté de ponerme a escribir, pero nada me inspiraba en ese lugar. Algunas notas sobre hechos que aquí relato fueron escritas en ese momento, con la intención de no olvidarlas. Pero también, existen algunos apuntes breves, en su mayoría, que escribí estando internado. Debido a que no tienen fecha, no podría jurar que son de la primera o segunda internación, pero para el caso, es lo mismo. Escribía cosas como por ejemplo:
"Mundo de monstruos, demonios, oscuridad y fases. El dolor está en uno y otro. La lucha es feroz en cada uno. Duele allí, tanto como acá".
Pese a que parece escrito en el dia de la pesadilla que relaté en el capitulo anterior, existe otra pesadilla posterior que creo es a la que pertenece este corto fragmento. ¿Que quise decir con fases? Hoy no lo se. Los demonios pululaban en mis pesadillas, asi que la referencia es obvia, igual que todo los demás.
Existen dos relatos o intentos de ensayos, bien breves de esta época. "La flor en el infierno" y "El camino". El primero, es un intento de relato del guerrero Ichinén. Que pertenece al blog "La leyenda de Ichinén", aun inedito este fragmento.
La flor en el infierno:
"La tierra infectada se extendía todo alrededor. La peste cubría la misma tierra, pútrida y gris. Era la muerte en vida lo que agrietaba y ennegrecía al terreno. La desesperanza intentaba invadir el corazón del guerrero, la desolación que lo rodeaba era inmensurable. Le habían hablado de la tierra enferma, la tierra de los muertos vivientes, la peste que asolaba esa región; pero lo que tenía ante los ojos superaba toda descripción o imaginación. El suelo mismo estaba enfermo, los cementerios se extendían como si fueran edificios. Cuando lo único que albergaban eran muertops. Los arboles habían sido talados por los muertos. El verde había desaparecido del suelo, solo quedaba el gris y agrietado terreno de la infestación."
Este fragmento, que parecería ser un intento de relato del guerrero Ichinén. En realidad no es otra cosa que una descripción del juego que ya mencioné, el que jugaba por aquel entonces y lo hago a veces aun hoy. Es curioso, como para hacerlo notar, mi elección de recortar esta porción de esa historia del juego. La repeticiones de palabras y términos, que dejé sin corregir adrede, muestran mi estado anímico al igual que la elección del tema. Esta descripción somera es una clara referencia a mi estado de ese entonces. Sigamos con el otro relato:
El camino:
"Es lo que cruza mi mundo. Lo que atraviesa mi universo. El mismo que año tras (año?, falta en el original) se lleva más y más gente de mi pueblo. Tanto por que se van, tanto como si mueren. Me da curiosidad y miedo a la vez. Por lo que hay más allá, por lo que desea (tachado en el original: intenta) tentarme. El camino que lleva a ninguna parte, no conozco su final, por lo que es igual si no existiera nada más."
La referencias son más que obvias, ni merecen mención aparte. El texto hiede a depresión. Supongo que habrá sido escrito en mis peores momentos de bajón. Si existen otros escritos, que estoy seguro de haber escrito, se han perdido desde ese año. Solo me queda mencionar un punto importante, que cada vez gana predominancia en este relato, como se verá más adelante. "Lo que hay más allá", otro mundo, el otro mundo, lo que sea. ¿Estamos seguros que el mundo es aquello que tenemos ante los ojos? ¿o esto es solo una ilusión? Este razonamiento un tanto solipsista, no es raro en alguien que atraviesa una situación como la mía. Pero, aunque se dibujen en forma de sueños, pesadillas, coincidencias y hechos inconcebibles aunque reales; solo nos dejan entrever un atisbo. Y quizás, solo quizás, existe algo más allá. En esta misma realidad, o en una paralela. O quizás después de esta. No, no me refiero a la muerte y la vida posterior. El tiempo, cada vez se cree más en ello, no es lineal. ¿Que tal si el espacio, también es solo una mera convención humana?
Pero para dar una idea de lo que era la vida en el hospital, hagamos un resumen a grosso modo y por encima. Después del desayuno de la mañana, venía la ya mencionada ronda de los médicos. A la tarde, quizás venía algún especialista, dependiendo de cada paciente y su problema. Podia venir un kinesiologo, un traumatologo, etc. Luego, tiempo muerto hasta el almuerzo. Rara vez venía alguien de visita a esa hora, que era lo único que podía hacer llevadero el tedio. Luego de la comida del mediodia, más tiempo muerto, solo matizado con las enfermeras trayendo algún remedio o pastillas para el dolor. Estos tiempos muertos eran los que usabamos para nuestras escapadas. Algunas enfermeras ya nos dejaban las pastillas arriba de la mesita de la cama, sabiendo que las tomariamos al volver. Cuando nos aburriamos de tanto vagabundear por el mismo lugar. Si no venía una visita era un aburrimiento asegurado hasta la caida del sol. Y esa hora, era la peor. El sol poniendose tenía un efecto directo en el comportamiento de los pacientes. Siempre me sentía más decaido cuando el sol se ocultaba y no era el único. Comentandolo con Leandro, descubrí que a él le pasaba lo mismo. Finalmente, la cena y luego de un rato a dormir.
Esa rutina podía minar progresivamente el animo más optimista. Las visitas eran lo único que te rescataba de ello. Mi familia era normal que me visitara, luego Guillermo, Mariano, Tamara, Mina o alguno de los compañeros de Gakkai, fueron ayuda crucial en esos momentos. Gracias a todo esto, pude pasar los tiempos muertos y combatir la depresión que siempre se mantenía en el umbral.
Mi caso era simple, ya me habían operado y estaban esperando que el drenaje hiciera su trabajo, para que mi pulmón se levantara. Lo que tenía que hacer era descansar y llenar el tiempo para eso. Leía cuando podía, aunque cuando el animo decaía se me volvía dificultoso. Miraba televisión, aunque sobre todo a la noche, era solo un paliativo leve. Si recuerdo una de las primeras noches, que estabamos bastante doloridos Leandro y yo, enganchamos una pelicula de delirante para arriba. "Hey dude, where is mi car?" con el de efecto mariposa y uno de los de American Pie. Quien la haya visto, sabrá que es muy cómica. Pero lo fue más cuando nosotros nos reiamos e intercalabamos algún quejido. Parecia un concierto de carcajadas y quejas de dolor. Jajajajajaj, auch, jahahahaha. Algo asi. Tambien traté de ponerme a escribir, pero nada me inspiraba en ese lugar. Algunas notas sobre hechos que aquí relato fueron escritas en ese momento, con la intención de no olvidarlas. Pero también, existen algunos apuntes breves, en su mayoría, que escribí estando internado. Debido a que no tienen fecha, no podría jurar que son de la primera o segunda internación, pero para el caso, es lo mismo. Escribía cosas como por ejemplo:
"Mundo de monstruos, demonios, oscuridad y fases. El dolor está en uno y otro. La lucha es feroz en cada uno. Duele allí, tanto como acá".
Pese a que parece escrito en el dia de la pesadilla que relaté en el capitulo anterior, existe otra pesadilla posterior que creo es a la que pertenece este corto fragmento. ¿Que quise decir con fases? Hoy no lo se. Los demonios pululaban en mis pesadillas, asi que la referencia es obvia, igual que todo los demás.
Existen dos relatos o intentos de ensayos, bien breves de esta época. "La flor en el infierno" y "El camino". El primero, es un intento de relato del guerrero Ichinén. Que pertenece al blog "La leyenda de Ichinén", aun inedito este fragmento.
La flor en el infierno:
"La tierra infectada se extendía todo alrededor. La peste cubría la misma tierra, pútrida y gris. Era la muerte en vida lo que agrietaba y ennegrecía al terreno. La desesperanza intentaba invadir el corazón del guerrero, la desolación que lo rodeaba era inmensurable. Le habían hablado de la tierra enferma, la tierra de los muertos vivientes, la peste que asolaba esa región; pero lo que tenía ante los ojos superaba toda descripción o imaginación. El suelo mismo estaba enfermo, los cementerios se extendían como si fueran edificios. Cuando lo único que albergaban eran muertops. Los arboles habían sido talados por los muertos. El verde había desaparecido del suelo, solo quedaba el gris y agrietado terreno de la infestación."
Este fragmento, que parecería ser un intento de relato del guerrero Ichinén. En realidad no es otra cosa que una descripción del juego que ya mencioné, el que jugaba por aquel entonces y lo hago a veces aun hoy. Es curioso, como para hacerlo notar, mi elección de recortar esta porción de esa historia del juego. La repeticiones de palabras y términos, que dejé sin corregir adrede, muestran mi estado anímico al igual que la elección del tema. Esta descripción somera es una clara referencia a mi estado de ese entonces. Sigamos con el otro relato:
El camino:
"Es lo que cruza mi mundo. Lo que atraviesa mi universo. El mismo que año tras (año?, falta en el original) se lleva más y más gente de mi pueblo. Tanto por que se van, tanto como si mueren. Me da curiosidad y miedo a la vez. Por lo que hay más allá, por lo que desea (tachado en el original: intenta) tentarme. El camino que lleva a ninguna parte, no conozco su final, por lo que es igual si no existiera nada más."
La referencias son más que obvias, ni merecen mención aparte. El texto hiede a depresión. Supongo que habrá sido escrito en mis peores momentos de bajón. Si existen otros escritos, que estoy seguro de haber escrito, se han perdido desde ese año. Solo me queda mencionar un punto importante, que cada vez gana predominancia en este relato, como se verá más adelante. "Lo que hay más allá", otro mundo, el otro mundo, lo que sea. ¿Estamos seguros que el mundo es aquello que tenemos ante los ojos? ¿o esto es solo una ilusión? Este razonamiento un tanto solipsista, no es raro en alguien que atraviesa una situación como la mía. Pero, aunque se dibujen en forma de sueños, pesadillas, coincidencias y hechos inconcebibles aunque reales; solo nos dejan entrever un atisbo. Y quizás, solo quizás, existe algo más allá. En esta misma realidad, o en una paralela. O quizás después de esta. No, no me refiero a la muerte y la vida posterior. El tiempo, cada vez se cree más en ello, no es lineal. ¿Que tal si el espacio, también es solo una mera convención humana?
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