Lo que siguio fue un cruce de llamadas entre la hija de Mateo, la esposa y luego el hijo. Serian como las 15, cuando uno de los dos telefonos del estudio sono nuevamente. Esta vez eran del hospital Fernandez, habian encontrado a Mateo, desmayado frente a la puerta de Tribunales. Esto es a tres cuadras del estudio. Un flaco conocido del estudio, Aldo, nos habia recomendado que lo buscaramos. Hubiera servido? Lo hubieramos encontrado? Hubiera evitado lo que luego sucedió? Aunque soy de mantener la esperanza, la realidad se encarga de demostrarme lo contrario en este caso. Cuando hubieramos salido a buscarlo, de haberlo encontrado, no hubiera servido de nada nuestra intromisión.Los medicos nos explicaron luego que Mateo habia tenido un pico de presion de 26,16. Algo muy grave si tomamos en cuenta que lo normal es 11,7 / 11,6. El dia fue pasando y cada nueva pieza se iba armando en el rompecabezas.Al dia siguiente, fui a visitarlo al sanatorio Güemes, donde finalmente lo derivaron. Fue un ratito antes de irme a la facultad, estaba cursando economia.Cuando llegué al piso de terapia intensiva, me encontre a la familia de Mateo mientras una doctora les informaba como era el panorama. No recuerdo bien lo que dijo, pero recuerdo que lo que entendi no me inspiraba confianza.Conoci alli a Felisa, la esposa; a Carla y Pablo, los hijos de Mateo; y a la hermana de Mateo.Cuando entramos en la habitación y vi a Mateo trate de mostrarme natural y afable. Lo que menos deseaba era infundirle temores. Pero al verlo me estaba preocupando. Se quejaba de irritacion, estaba muy molesto, se le notaba que estaba bajo la influencia de algun medicamento. Tiempo después al pasar yo por lo mismo, sabria lo que era. Luego, al hablar con el de su estadia en terapia intensiva, no recordaba mi visita. Eran tan fuertes los remedios que le dieron que no recordaba nada de ese fin de semana. Ya me habia dado cuenta que estaba drogado.
-Portate bien, Mateo.-le decia bromeando la hermana,-Mira tu amigo, vino a verte y vos haciendo este espectáculo.-
-Si, un buen amigo, Dieguito.-agregó somnoliento Mateo.
-Ves? Ya estas diciendo pavadas.-le dije yo, continuando la broma.
Oré mucho por el y traté de ir otro dia. Tuve inconvenientes de horario y no me fue posible ir hasta el domingo siguiente. Cuando subí me informaron que lo habian cambiado de piso, a una habitación común. Y al llegar al piso este, me enteré que ya lo habian dado de alta. Llamé por telefono a la casa y hablé con Felisa. Ella me pasó con Mateo, al cabo de unos minutos. Lo escuché mucho mejor que la vez anterior, hablamos como siempre.
-Estás mejor?-le pregunté.
-Si, me tengo que cuidar, me salvé raspando. No es joda lo que me pasó.-me respondió él y me relató sobre el pico de presion, terminando con una recomendación.
>-Haceme caso, Dieguito, dejalo al faso. Yo ya lo deje, es una mierda, te hace mal.-El tomó la firme decisión de dejarlo luego de esto. Ojala yo hubiera hecho caso en ese mismo momento. ¿Estariamos donde estamos ahora?
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